Naomi Watts asegura que la experiencia de conocer a su actual pareja, el también intérprete Liev Schreiber, transformó por completo su existencia y alejó todas las frustraciones que venía acumulando desde hacía años. Atemorizada por la posibilidad de tener que renunciar a su deseo de tener hijos y sumida en depresiones estacionales, la actriz australiana comenzó a superar todos sus problemas cuando inició su actual relación sentimental en 2005: ocho años de intenso romance que dieron como resultado la llegada de sus hijos Alexander y Samuel.
"Hubo un tiempo en mi vida en la que me acechaban muchos demonios, en el que me invadía el pesimismo y la frustración ante una idea que cobraba cada vez más fuerza en mi cabeza. A medida que pasaban los años, empecé a dar por sentado que nunca tendría hijos y que jamás podría hacer realidad ese sueño que siempre había tenido. Nunca en mi vida había sentido la felicidad de la que ahora disfruto gracias a Liev y a mis niños. No sé qué hubiera sido de mi vida si no le hubiera conocido, todavía me entran escalofríos cuando pienso en qué sería de mí si no le tuviera a mi lado", confesó Watts a la revista LOOK.
El momento que definió su actual existencia tuvo lugar durante el rodaje de 'El velo pintado', la película que propició la "conexión instantánea" que se produjo entre los dos artistas y que ha permanecido inalterable hasta el día de hoy. Naomi Watts todavía recuerda con total exactitud aquellos rasgos que la enamoraron de Liev Schreiber y que todavía le producen "cosquilleos" en el estómago.
"Cuando tuvimos nuestro primer contacto visual, me quedé completamente hipnotizada por la inteligencia y la fuerte personalidad que desprendía. Tenía también una forma de caminar que me atraía muchísimo, ya que reflejaba una gran madurez mezclada con un punto de fanfarronería. Ese sentimiento que se iba generando en mí no dejó de crecer, y la siguiente vez que coincidimos, estaba claro que quería estar con él el resto de mi vida", reveló la artista.
Una vez consumado el amor, Naomi Watts y Liev Schreiber se centran ahora en proporcionar a sus dos hijos todo tipo de experiencias exóticas que les ayuden a conocer mejor la diversidad del mundo, una tarea que lleva a la familia a organizar constantes viajes al extranjero para sumergirse en las diferentes culturas locales.
"Cuando rodaba en Tailandia 'Lo imposible' [película del director J. Bayona que le valió una nominación al Óscar], mi familia y yo decidimos embarcarnos en un viaje por las zonas rurales del país para conocer un entorno que nos era completamente ajeno. Fue una experiencia mágica y muy exótica, algo que ayudó a mis hijos a familiarizarse con ambientes maravillosos. Me siento afortunada de poder brindarles este tipo de vivencias, cosas que no se pueden hacer en ciudades como Londres o Nueva York", explicó.
Por: Bang Showbiz
NOTA: ELESPECTADOR.COM
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